A pesar de que Colombia ha sido un jugador y un líder a nivel mundial en cuanto a la regulación del cannabis y oportunidades para crear industria, actualmente, las empresas del sector, en su mayoría, están en un momento crítico que requieren de un trabajo público – privado que permita consolidar y destrabar esta industria.
Desde la entrada del Gobierno Petro, hay un ambiente de positivismo que se respira, nuevamente, en la industria de cannabis en Colombia, de acuerdo con las intervenciones tanto del presidente como funcionarios públicos. Además, de sus lineamentos hacia una nueva política de drogas orientada a la salud pública, al cuidado del medio ambiente, la inclusión de pequeños y medianos cultivadores, derechos humanos y una nueva mirada con respecto a la lucha contra las drogas.
A través de diferentes acciones como son: la inclusión de las fórmulas magistrales de cannabis en el PBS (Plan de Beneficio en Salud); el apoyo a la regulación de uso adulto, el desarrollo de una estrategia por parte del Banco Agrario y Asocolcanna para el acceso a crédito para las empresas y la apertura a un diálogo constructiv demuestran que el Gobierno Nacional esta brindando un apoyo real al sector.
A corto plazo, la reglamentación del CBD para alimentos, bebidas y suplementos dietarios y el reglamento para fitoterapéuticos, a nivel nacional, son puntos clave para la supervivencia de muchas empresas y del sector en general. Es por esto que, el trabajo conjunto entre el Gobierno y el sector privado es fundamental para el desarrollo y consolidación total de esta industria. Contar con todas herramientas a nivel jurídico, económico y social le ayudarán a Colombia a continuar siendo un referente en el sector cannabis en el resto del mundo. El 2023 será un año clave que irá definiendo el rumbo de esta industria en los próximos años.